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ANIMALES INVERTEBRADOS - CRUSTÁCEOS
CRUSTÁCEOS
CRUSTÁCEOS
Amigos de lo ajeno
De qué hablan las
Los crustáceos son increíblemente numerosos y diversos en formas, tamaños y hábitat. Actualmente existen más de 60.000 especies descritas, pero se estima que faltan por descubrir todavía entre 5 y 10 veces esta cantidad. Son los animales más extendidos y abundantes en todos los océanos, aunque también viven en aguas salobres y dulces, e, incluso, en tierra firme, como la cochinilla (que podemos ver en las rocas de las playas al bajar la marea). Y todo esto sin ser ni siquiera una filum biológico (como las esponjas, equinodermos o moluscos), sino una subfamilia dentro de la amplísima familia de los artrópodos, que también incluye otras clases como los insectos o los arácnidos. De hecho, junto con sus parientes, los insectos, los crustáceos componen el 80% de los animales conocidos, lo que, pese al antropocentrismo, nos lleva a definir la era que vivimos como el periodo de los artrópodos (Hickman y cols. 2009).
A pesar de esta abrumadora variedad, todos poseen ciertas características que les hacen ser crustáceos:
- Poseen el cuerpo dividido en 3 partes : cabeza - tórax (que pueden fusionarse en un único caparazón o cefalotórax) - abdomen, que están segmentadas en trozos o anillos más pequeños, los metámeros (generalmente tienen entre 16 y 20). Cuanto más evolucionado es el crustáceo, menos cantidad de metámeros tiene.
- Son los únicos artrópodos que tienen dos pares de antenas.
- Además, el nombre de crustáceos ("con costra") nos indica otra de sus características, disponen de un esqueleto externo y articulado de quitina, que mudan periódicamente a medida que crecen. Cuando se produce este "desnudo" (ecdisis) son especialmente vulnerables, lo que les lleva a esconderse en las grietas o enterrarse en la arena para protegerse hasta que el nuevo caparazón adquiera consistencia. Muchas funciones vitales están asociadas a esta muda, como la reproducción o la alimentación.
- Como artrópodos también disponen de "patas articuladas", dos en cada segmento o trozo del cuerpo (una a cada lado), que pueden dedicarse a diferentes funciones como la locomoción, la alimentación, reproducción, defensa,...
La inmensa mayoría son animales acuáticos, muchos de ellos, generalmente los de mayor tamaño, son bentónicos (viven en los fondos marinos) como la nécora o la centolla, mientras muchos otros, de menor tamaño, forman parte del plancton marino (flotando en la columna de agua) como el krill. Nos limitaremos a hablar de unos pocos grupos, para facilitar la identificación y el conocimiento de aquellos crustáceos que podemos encontrarnos con mayor frecuencia y facilidad, o que nos pueden resultar más familiares :
DECÁPODOS, son los más conocidos, cangrejos, centollas, bogavantes, camarones... se diferencian de otros crustáceos por tener un caparazón que cubre y fusiona la parte dorsal en un cefalotórax, y porque disponen de tres pares de apéndices peludos en la cabeza (maxilípedos, próximos a la boca) para manipular el alimento, y cinco pares de patas torácicas funcionales para la locomoción. El primer par de patas (o más) tiene pinzas, que emplean también en funciones de defensa, limpieza, alimentación,... Además poseen dos ojos compuestos sobre unos pedúnculos que sobresalen de la cabeza. Cada uno de ellos está formado por cientos de pequeños ojos que les permiten percibir un campo de visión muy amplio y ser especialmente sensibles a la hora de detectar movimientos a su alrededor.
Los decápodos se sitúan en un grupo más amplio, los malacostráceos, en este grupo también están los isópodos, como los piojos de mar y los mísidos, como los pequeños mysis, mini camarones nadadores que forman enjambres visibles y que sirven de alimento a muchos animales, como el caballito de mar. También pertenecen a los malacostráceos los eufausiáceos, más conocidos como krill, cuyas gigantescas concentraciones sirven de alimento a ballenas, tiburones ballena, focas, pingüinos y aves; o los anfípodos, como las pulgas de mar que al atardecer saltan en la orilla de la playa.
CIRRÍPEDOS. No lo parece, pero los percebes o las bellotas de mar también son crustáceos. Son los únicos sésiles y pueden fijarse a múltiples superficies. Se adhieren gracias a unas glándulas o pies musculosos especiales, muy fuertes, y tienen su cuerpo protegido por unas placas calcáreas que se disponen de forma parecida a una pirámide. Estas placas pueden cerrarse herméticamente, lo que les permite mantener la humedad cuando baja la marea y quedan al descubierto, y se abren para sacar unas pequeñas patas peludas (cirros), que extienden y recogen para captar el alimento en suspensión.
Al vivir anclados han tenido que modificar mucho su cuerpo, y por eso no se parecen a los demás crustáceos. Cuando sus larvas se fijan a la superficie sobre la que crecerán comienzan a segregar las placas calcáreas, pierden los ojos y transforman sus patas nadadoras en cirros peludos que les permitan alimentarse. Son típicos de zonas intermareales y pueden formar grandes extensiones coloniales.
COPÉPODOS, aunque solo mostraremos uno, no queremos dejar de mencionar a los copépodos por su gran importancia ecológica, ya que son crustáceos de muy pequeño tamaño que conforman el zooplancton. Contribuyen al equilibrio marino al consumir una gran cantidad de microalgas, al tiempo que sirven de alimento a multitud de especies marinas.
DECÁPODOS
La centolla, en cambio, presenta un cuerpo corto. Su caparazón es ovalado y alcanza los 35 cm sin contar las patas. En éste aparecen pequeñas espinas repartidas, y otras más grandes en el borde que limita la parte dorsal y ventral, que se dirigen hacia arriba (en la centolla mediterránea -Maja squinado-- estas espinas se dirigen hacia delante, siendo uno de los criterios para diferenciarlas).
Pese a su tamaño, no es fácil de ver debido a sus artes de camuflaje, ya que cubre el caparazón con algas, gorgonias, esponjas... y cualquier cosa que le ayude a pasar desapercibida. Directamente recoge con sus pinzas aquello que pueda servirle para taparse y se lo va colocando sobre el caparazón.
Junto con la centolla, el bogavante o lumbrigante es el crustáceo más grande de nuestra ría, con su largo abdomen puede llegar al medio metro de longitud. Tiene el cuerpo alargado y cilíndrico.
Destaca su primer par de patas, las tenazas, que están muy desarrolladas (algo más en los machos) y son muy potentes. Las tenazas están especializadas en distintas funciones, por lo que son diferentes entre sí : una tiene los bordes interiores rectos y ligeramente aserrados para manipular y cortar, mientras la otra tiene esos bordes más irregulares y con algunos dientes más grandes para poder triturar las conchas de sus presas (bivalvos y gasterópodos). La tenaza trituradora normalmente es la izquierda, pero si la pierde, la otra tenaza se convierte en trituradora y la tenaza que regenera es de corte, invirtiendo la lateralidad.
La nécora o cangrejo nadador de ojos rojos también tiene el cuerpo corto, con el abdomen doblado bajo el tórax, y es de tamaño medio , entre 15 - 20 cm. contando las patas. Presenta una coloración marrón clara con manchas azules.
El caparazón es aplanado, hexagonal y cubierto de pequeños pelos que le dan un aspecto aterciopelado.
El primer par de patas es mas ancho para formar las pinzas (algo más grandes en los machos), los siguientes tres pares acaban en una larga uña que les permiten desplazarse sobre rocas y fondos. El último par es más corto y plano, ya que lo usa a modo de remo para desplazarse nadando. Son bastante veloces.
Homarus gammarus
Maja brachydactyla
Necora puber
Se alimentan de algas, moluscos, pequeños peces muertos y otros crustáceos, incluso de su misma especie, ya que tienen tendencias caníbales.
Solemos verlas desplazándose lateralmente, esto se debe a que son más rápidas moviéndose de lado que de frente. Al ensanchar y acortar su caparazón, estos decápodos han variado su centro de gravedad hacia delante, facilitando estos movimientos. De hecho, los crustáceos de "cola corta" , como la nécora o la centolla, son los mejor adaptados a la vida en los fondos.
De hábitos nocturnos, viven en fondos rocosos cercanos a las costas, casi siempre las encontraremos agazapadas en las grietas, aunque no es raro que se escondan bajo anémonas o algas. Si se sienten amenazadas levantan sus pinzas en señal de amenaza.
Las podemos encontrar prácticamente en cualquier punto de buceo.
El abdomen, en la parte ventral, tiene forma triangular en los machos y es más ancho y redondeado en las hembras, ya que es donde portan los huevos. Antes del apareamiento los machos realizan un ritual de acercamiento, acariciando y abrazando a la hembra, luego se acoplan vientre con vientre, generalmente buscando intimidad entre las grietas de las rocas. También es habitual encontrarlas una sobre la espalda de la otra, pero esta es una postura de protección.
El primer par de patas es muy largo (más que la longitud del cuerpo) y tiene unas pequeñas pinzas en el extremo. Los demás pares de patas acaban en uñas y le permiten desplazarse caminando, es capaz de hacerlo incluso boca abajo agarrándose con fuerza a las rocas.
Se aparean, generalmente, durante la primavera o el otoño, aprovechando la muda de las hembras (lo que facilita la inseminación). Para ello, las centollas migran a mayores profundidades y se juntan en grandes grupos, centoleiras o tellos, facilitando así la protección de las hembras. Es habitual que los pulpos ronden a estos grupos esperando algún despiste que les permita obtener un gran botín.
Aparece en fondos rocosos, a menudo escondida en grietas o grandes agujeros. Las tenemos por toda la ría, pero abundan en Zenoiros, pecios, Frapelo, Cabo de mar o A Furna.
Éste tiene un montón de cerdas curvadas esparcidas (como si fuesen anzuelos) que facilitan la fijación de ese "mini ecosistema" móvil. De hecho, cuando muda su caparazón traslada cuidadosamente las algas y los otros animales a su nueva carcasa. Bajo ese abrigo la coloración es rojiza o anaranjada.
A diferencia de muchos crustáceos sus antenas son pequeñas, y sus ojos, que son retráctiles, se sitúan a los lados de éstas.
Suele encontrarse en fondos rocosos, escondido en grietas y agujeros, y presenta una coloración azul oscura y parda, con pintas blancas.
De la cabeza parten dos largas antenas (alcanzan la misma longitud que su cuerpo) que mueven independientemente para detectar que hay a su alrededor y para espantar a los depredadores. Son solitarios, territoriales y de hábitos nocturnos.
Aunque debido a su interés comercial su esperanza de vida se reduce mucho, son animales muy longevos, se estima que pueden llegar a vivir hasta 72 años.
Podemos verlos en Cala do rei, Salgueirón, Zenoiros, Frapelo o Islas Cíes. Eso sí, cada vez escasean más, por qué será....
El segundo y tercer par de patas también tiene pequeñas pinzas, las demás las usa para desplazarse al igual que su cola en forma de abanico, que le permite impulsarse "a coletazos".
Su ritual de apareamiento no tiene desperdicio, recomendamos este enlace para una información más detallada
Es un decápodo de pequeño tamaño, entre 5 y 10 cm, incluyendo sus patas, que son delgadas y largas. El par anterior son las tenazas, están más desarrolladas y tienen un aspecto abombado.
Su caparazón tiene forma de pera, estrechándose en la cabeza, y color marrón claro. Es frecuente que sobre el caparazón crezcan pequeños animales como esponjas o también algas, lo que le ayuda a camuflarse aun más.
El cangrejo araña fantasma es también conocido como cangrejo de las anémonas, ya que donde lo vamos a encontrar con más frecuencia es escondido bajo los tentáculos de las anémonas comunes. Normalmente encontraremos uno o dos por anémona, pero es posible que en ocasiones se acumulen más como cuando en una misma anémona se refugian una hembra y sus crías.
Inachus sp.
Cancer pagurus
Polybius henslowii
Otro cangrejo típico de nuestra ría es el buey, aunque no lo encontremos con tanta frecuencia como otros.
Tiene el cuerpo muy compacto, con un grueso caparazón ovalado y aplanado, de unos 20 cm. de ancho, del que salen las patas. El primer par son unas robustas y potentes tenazas con las que se defiende y ataca a sus presas. Al igual que en el bogavante, las tenazas son diferentes entre sí y, mientras la derecha la emplea para triturar, la izquierda es algo más fina y le sirve para cortar. Las demás patas son peludas y acaban en una uña negra, por lo que le sirven para la locomoción.
La parte dorsal del caparazón y las patas tiene un color caramelo, y la parte ventral es más blanca. El caparazón suele ser liso, muchas veces con un fino moteado blanco, pero sin presentar otros animales sobre él.
Pequeño cangrejo nadador, con un caparazón de apenas 5 cm de ancho, que nos encontraremos cerca de la superficie (es posible que nos acompañe mientras realizamos la parada de seguridad).
Su caparazón es similar al de las nécoras, aplanado y con forma de hexágono irregular, pero de color rojizo y sin aspecto aterciopelado.
El primer par de patas termina en pinzas y los demás están aplanados para facilitar la natación, sobre todo el último par de patas, que tiene forma de remo y que mueve haciendo ochos para nadar.
Es muy curioso, no dudará en acercarse e, incluso, es posible que si le ofrecemos la mano, se pose sobre ella.